CONVERSACIÓN
DE UNA ENTREVISTA DE TRABAJO
Llego a la oficina, cinco minutos
antes de la hora acordada. Doy mis datos en recepción. Al recepcionista le
informo que he quedado con el jefe de RRHH para una entrevista: un puesto de
trabajo que queda libre. El recepcionista, muy amable, me invita a sentarme y
esperar que me llamen para dicha entrevista. Avisa por teléfono que ya he
llegado; mientras yo espero a ser llamado.
Al poco tiempo el señor amable me
hace pasar a un despacho y me dice: “Espere usted aquí, que enseguida le
atenderán”. Yo me siento delante de una mesa y espero. El sitio es acogedor.
Respiro hondo e intento tener los nervios controlados (¡Estar tranquilo es
imposible!) para dar seguridad. Se abre la puerta que está enfrente de la que
yo he entrado. Entra un hombre de mediana edad, traje y seguro de sí mismo.
-¡Hola! ¡Buenos días! -Le saludo
intentando expresar la mayor seguridad posible.
Él con una sonrisa amiga –
supongo que intentando tranquilizarme- me devuelve el saludo. Y a partir de ese
momento, empezamos la entrevista.
Entrevistador: ¿Sabe usted
de que va el trabajo que tendría encomendado?
Yo: Sí. Cómo usted puede
observar en el currículum que le envié, creo estar capacitado para el puesto
que queda vacante. Me he preparado y formado. En cuanto esté una semana en este
trabajo, vea la forma de trabajar del equipo, estoy seguro que me adaptaré
perfectamente al funcionamiento de la empresa.
Entrevistador: El trabajo está
relacionado con el trato con personas. Tendrá que atender y estar pendiente de los
clientes, y si es posible, captar alguno más. ¿Cree que podrá desarrollar esta
labor?
Yo: Por ese motivo no
tiene que preocuparse. Tengo experiencia personal en ese terreno a causa de mi
antiguo trabajo. Mi relación con la gente es buena. Estoy acostumbrado a tratar
con personas. Además me gusta el trato con la gente; comunicarme con ellos y
entablar un diálogo para llegar a saber cuáles son sus inquietudes, pienso que
así puedo llegar a saber cuáles son sus necesidades y poder acceder mejor a
ellos. De esta forma puedo venderle mejor los productos que ofrecemos. Para los
que ya son clientes, también el trato con la gente me puede reportar ventajas,
puesto que puedo tratarlos con paciencia y resolver las dudas que tengan sobre
sus pedidos.
Entrevistador: Los
clientes suelen ser muchas veces incisivos en los pedidos. ¿Cómo reaccionaría
ante una situación así?
Yo: Con paciencia e
intentando razonar. El cliente siempre tiene razón; y un cliente contento es un
cliente para toda la vida. Siempre se le puede dar la vuelta para hacerle ver
que la culpa del retraso no es por nosotros. Explicarle que el problema que ha
tenido en el retraso o en los defectos que haya podido tener su pedido, le será
solucionado a la mayor brevedad posible. Y que en caso necesario le podemos
hacer alguna oferta o compensarlo con algún detalle en el próximo pedido que
nos haga. Claro está, que dentro de unas circunstancias y siempre que la culpa
sea nuestra.
Entrevistador: Está usted
muy seguro de sí mismo. Pero en la empresa también se hacen cursos de reciclaje
y preparación para la formación. ¿Usted tendría disponibilidad para poder hacer
estos cursos?
Yo: Es más, aparte de
tener tiempo, yo pienso que en el mundo de la empresa siempre hay que estar
formándose. Hay que estar a la vanguardia de los nuevos métodos que van
saliendo. Un trabajo, yo lo considero una forma de evolucionar en el que cada
día hay que aprender una cosa nueva.
Entrevistador: ¿Y libertad
de horarios?
Yo: Siempre que lleguemos
a un acuerdo, no tengo inconveniente en variar horarios o quedarme más tiempo.
Además a tratar con clientes, en alguna ocasión acabaré más tarde de mi hora.
Pero eso siempre se puede arreglar más adelante, ¿no?
Entrevistador: Por
supuesto, eso siempre se puede solucionar. Lo veo seguro y me gusta. Aunque
como comprenderá, he de entrevistar a más personal.
Yo: De las condiciones
contractuales no hemos hablado. ¿Le importaría informarme sobre el tipo de contrato
y el salario que recibiría por mi trabajo? Si tiene tiempo. Por favor.
Entrevistador: Las
condiciones del contrato serían de seis meses prorrogables, con un mes de
periodo de prueba. Si todo fuera del agrado por ambas partes se pasaría a un
contrato indefinido.
En cuanto a las condiciones
salariales, serían catorce pagas al año, y el sueldo lo estipulado en el
convenio del sector.
Yo: Le agradezco el tiempo
que me ha dedicado y que me haya recibido. Espero ser del agrado de la empresa,
ya que el puesto me interesaría.
Entrevistador: Si lo hemos
llamado, es por las referencias que tiene en su currículum. No le puedo
asegurar que le llamemos a usted, como le he dicho tengo que entrevistar a más
personal. Pero tenemos sus datos de contacto, y me ha gustado la seguridad que
ha demostrado. Ahora si no se le ofrece nada más me tengo que ir a una reunión.
Yo: No. Le reitero las
gracias por haberme recibido y haberle robado un poco de su tiempo. ¡Gracias!
Así, una hora después, salía del
despachito tras haberle estrechado la mano al jefe de RRHH y despedido de él.
Lleno de ilusiones esperando que me llamen para el trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario